2025/12/03

Metodologías tradicionales y ágiles para la gestión de proyectos (Dirección por proyectos 1/7)

(artículo elaborado a partir de los contenidos de las asignaturas de "Dirección por Proyectos" de la Escuela de negocios eada y de la universidad EU Gimbernat -UAB)

La gestión de proyectos es un aspecto crucial en cualquier organización y puede adoptar dos enfoques o aproximaciones metodológica principales:

  • la gestión de proyectos tradicional
  • y la gestión ágil de proyectos.

Ambos enfoques tienen sus propias características, ventajas y desventajas, y se adaptan a diferentes tipos de proyectos y entornos.

No podemos considerar que una sea mejor que otra, si no más o menos adecuada en función de la naturaleza y tipo del proyecto.

Otro aspecto diferente es promover y desarrollar la mentalidad y cultura "ágil" de los equipos y la organización.

Pero ahora vamos a centrarnos, única y exclusivamente, en la disciplina de la gestión de proyectos.

También remarcar, antes que nada, que podemos tener proyectos que combinen la aproximación tradicional y la ágil, en diferentes momentos de su ciclo de vida.

La gestión de proyectos tradicional, también conocida como gestión de proyectos en cascada o Waterfall, es una metodología establecida donde los proyectos se ejecutan siguiendo, más o menos, un ciclo secuencial con un conjunto de etapas y fases.

Son proyectos en los que cuando se inician tenemos identificado el alcance de estos, sabemos qué obtendremos al final y conocemos, bastante bien, como los ejecutaremos.
Y, muy importante, no tendremos un resultado (producto, servicio, proceso, política…) aplicable hasta que no finalicemos todo el trabajo del proyecto.
Este enfoque sigue una secuencia de iniciación, planificación, ejecución, medición y cierre y se caracteriza por su énfasis en los procesos lineales, la documentación, la planificación por adelantado y la priorización.
En este enfoque, el tiempo y el presupuesto son variables y los requerimientos y alcance vienen fijados.

Ejemplos de proyectos "predictivos", en los que aplicaríamos esta aproximación metodológica sería

  • Proyectos de ingeniería industrial
  • Proyectos de ingeniería civil
  • En el entorno de la construcción
  • En la organización de eventos
  • O en proyectos con un alto componente normativo o legal que se requiera tener en cuenta durante la ejecución y avance del proyecto.

Por otro lado, la gestión ágil de proyectos es un enfoque que se basa en gran medida en el trabajo en equipo, la colaboración, las tareas y la flexibilidad para responder al cambio lo más rápido posible y está orientado a proyectos con un ciclo de vida adaptativo, como pueden ser:

  • El desarrollo de productos y aplicaciones digitales
  • El desarrollo de servicios que se irán ampliando en el tiempo
  • Proyectos de innovación
  • O cualquier otro proyecto en el que no tengamos claramente definido un alcance o con incertidumbre del resultado o de las actividades que llevaremos a cabo durante el mismo.

Esta aproximación metodológica seguirá un proceso iterativo en el que los proyectos se dividirán en ciclos (o sprints, como se les suele llamar) de menor duración y al final de los cuales o bien

  • Obtendremos un resultado que ya podremos utilizar, poner en operaciones
  • O bien, nos servirán para identificar o definir los próximos pasos a realizar
  • O, incluso, para adaptar nuestro producto a nuevas necesidades y requerimientos

A diferencia del enfoque tradicional, en un proyecto "ágil" dedicamos menos tiempo a la planificación y la priorización por adelantado, ya que esta aproximación es más flexible en cuanto a cambios respecto a los requerimientos iniciales.

En lugar de realizar un análisis y planificación detallada al inicio del proyecto, trabajaremos a en bucles con el objetivo de poder adaptarnos al cambio sin demasiada fricción.

Lo que se busca con la agilidad es obtener cuanto antes un producto mínimo viable que poder presentar al cliente y luego ir trabajando con incrementos de valor en cada ciclo o iteración.

En resumen, mientras que la metodología tradicional se centra en el control y la minimización de riesgos a través de una planificación exhaustiva, la metodología ágil se centra en la adaptabilidad y la colaboración entre las personas involucradas en el proyecto.

La elección entre uno u otro enfoque dependerá, como decíamos, de la naturaleza del proyecto, sus requerimientos y el entorno en el que se desarrolla.

En resumen, mientras que la metodología tradicional se centra en el control y la minimización de riesgos a través de una planificación exhaustiva, la metodología ágil se centra en la adaptabilidad y la colaboración entre las personas involucradas en el proyecto. La elección entre uno u otro enfoque dependerá de la naturaleza del proyecto, sus requerimientos y el entorno en el que se desarrolla.

Y, sobre todo, tengamos en cuenta que la tendencia actual en las organizaciones pasa por incorporar aproximaciones metodológicas híbridas




2025/12/01

Un enfoque metodológico para el apoyo a la gestión del cambio (Liderazgo y Gestión del Cambio, 2/5)

 (Contenido resumido a partir de mis materiales de formación en "Dirección de Proyectos y Gestión del Cambio en Eada Business School y las Escuelas Universitarias Gimbernat - UAB y de mi experiencia profesional en los proyectos de adopción tecnológica en MICProductivity)

Lo hemos comentado en varias ocasiones: "los cambios en las organizaciones se tienen que gestionar, pero también se deben liderar".

Y esto, también aplica, por supuesto, al proceso de cambio asociado a un proyecto con el objetivo de asegurar el éxito de este

  • no solo técnicamente obteniendo un resultado acorde a las necesidades y expectativas de la organización (en este ámbito, se centran las metodologías de gestión de proyectos)
  • sino también asegurando que ese resultado es adoptado, utilizado y aplicado en el día a día de los destinatarios del proyecto y, consecuentemente con los cambios en los comportamientos, rutinas y hábitos requeridos.

Al igual que en la gestión de proyectos podemos considerar metodológicas y modelos estándares para definir, planificar, monitorizar y controlar un proyecto, también podemos apoyarnos en aproximaciones metodológicas a la hora de acompañar un cambio en una entidad.

Para ello, utilizar o seguir una aproximación metodológica en un proyecto de gestión del cambio, nos ayudará a asegurar que aplicamos de manera estructurada y ordenada, todo un conjunto de técnicas, herramientas, procesos y buenas prácticas orientadas a facilitar la adopción del resultado del proyecto.

Siguiendo con el símil de los proyectos cuando planteamos la gestión de estos, podemos basarnos en la experiencia del responsable y del equipo de trabajo, en el sentido común de los mismos y/o en casos prácticos que hayamos vivido anteriormente. 

Pero también podemos tomar como referencia propuestas metodológicas que nos orientan y acompañan en la aplicación de un conjunto de procesos, técnicas, herramientas y buenas prácticas como pueden ser el PMBOK, del Project Management Institute, la metodología Prince2 o el marco de referencia Scrum, por poner 3 ejemplos.

De la misma manera, podremos aplicar diferentes modelos y marcos de referencia a la hora de gestionar el cambio en una organización (Los 8 pasos de Kotter y su evolución XLR8, el modelo de Lewin, el modelo de Kubler-Ross o el modelo ADKAR, de Prosci), asegurando que no nos olvidamos de considerar ningún aspecto clave y crítico, a la hora de definir y planificar el proceso de cambio, y también para garantizar un enfoque estructurado que nos ayude a estandarizar este tipo de actividades en nuestras organizaciones.


Tendremos que seguir un ciclo de vida en la adopción y gestión del cambio:

  • Definiendo y caracterizando ese cambio
  • Planificando y preparando el programa de gestión
  • Acompañando a la organización y sus profesionales en todo el proceso
  • Evaluando el cumplimiento del cambio e incorporando acciones de refuerzo
  • Y cerrando, como tal, una vez el nuevo entorno o contexto se haya incorporado en el día a día de la compañía.

 Por una parte, tenemos que
  • definir el por qué y para qué del cambio que se persigue promover en la organización
  • Enumerar los beneficios que nos aportará y la razón de ser del mismo
  • identificar a los profesionales y colectivos afectados por este proceso
  • definir el impacto que tendrá en ellos
  • comunicarles los mensajes de valor que aportará el cambio
  • e involucrarlos en este proceso

Y, todo ello, alineado con la estrategia de la compañía.

Es decir, necesitamos, que los responsables de nuestra organización, áreas o departamentos lideren las iniciativas de cambio promovidas en ellos a través de la coalición de sponsorship, el colectivo de influenciadores y la red de agentes del cambio.

Pero, por otra parte, también necesitamos gestionar este proceso de cambio, elaborando y preparando todo un conjunto de planes de actuación, aplicando técnicas, recursos y buenas prácticas para llevar a cabo el trabajo relacionado con ello en un programa que incluya los ámbitos de:

  • la comunicación y la participación
  • la formación y el soporte
  • la evaluación
  • y  el sponsorship

 

Así pues, un enfoque metodológico será una garantía de que afrontamos el liderazgo y la gestión del cambio con herramientas, técnicas y buenas prácticas...

... pero no lo olvidemos ...

.. "las personas afrontamos los cambios tanto desde una óptica racional como, sobre todo, desde una dimensión emocional"